Dionicio era de una familia muy pobre. A los 8 años de edad tuvo que empezar a ayudarle a su abuelo a cortar tomate, bajo el molesto sol, que causaba un tremendo calor. Apenas logró llegar al segundo año de primaria. De cualquier manera a él no le gustaba estudiar.
Su padre falleció cuando él tenía sólo 1 año de edad. Sólo le conocía por una vieja fotografía de cuando él era un adolescente. En las circunstancias en las que se encontraba su familia, tomarse una fotografía era un lujo.
En su casa acostumbraban a comer sopa, Frijoles, Y cuando eran días buenos, hasta queso.
Cuando Dionicio no trabajaba en el tomate, se ofrecía a barrer casas, por unos centavos. Le daba dinero a su abuelo para que comprara la comida de la casa. Su madre de vez en cuando vendía quesos, cuando lograba sacarle leche a la vieja vaca.
Cada vez que Dionicio ganaba un poco de dinero, guardaba una moneda en un bote, que ocultaba bien bajo la tierra. Así pasaron varios años, llenó varios botes con monedas. Llegó a cumplir 17 años, y decidió irse del pueblo. Tomó un camión que lo llevaría a la capital, Y sin conocer a nadie de por allá, con miedo, Pero con ganas de tener mucho dinero, no le importó alejarse de su gente.
Después de una semanas de vivir en una casa rentada, y de buscar por días trabajo, lo encontró. Para él era sorprendente lo que iba a recibir de pago siviendo tacos, Y lavando platos. Le pagarían en un día, lo que en el tomate ganaba en una semana.
Desde muy pequeño se enseñó a ser ahorrativo. Ahorraba lo más que podía. No cambiaba de zapatos, con los que tenía años, Y sólo tenía dos camisas y dos pantalones. El sueño de dionicio era ser rico algún día.
A los 25 años, ya tenía mucho dinero ahorrado. Seguía trabajando donde mismo. En su díá libre, en vez de descansarlo, con su mente de aumentar sus ahorros, se iba a bolear calzado a una plaza cercana. Si tenía antojo de alguna bebida, algún dulce, se aguantaba. Consiguió un mejor empleo, gracias a un conocido de la taquería. No era la gran cosa, Pero ganaba el doble de lo que ganaba en el anterior trabajo. Era cargador en una mueblería.
Conoció a Maité, Y la invitó a cenar con pesar. No quería gastar, Pero le gustaba mucho esa mujer.
La llegó a un restaurante no muy caro, con el pensamiento de gastar lo menos posible.
Jamás había ido a un lugar así. Al mirar la carta, sintió desmayarse por los precios. Antes de que la chica ordenara, fingió dolor de estómago, Y tuvieron que irse sin haber comido. Ya jamás la volvió a invitar a salir. Maité sería simplemente algo del pasado. Le miraba a diario en su trabajo, debido a que era secretaría de la mueblería en donde trabajaba él. Compró un coche con sus ahorros, Y para obtener alguna ganancia, decidió venderlo pronto. Obtuvo algo de dinero. Y con ese dinero, compró otro coche, que vendió. Haciendo eso varias veces, llegó a obtener una cantidad considerable.
CONTINUARÁ...
NO SOY TACAÑO. CUIDO EL DINERO: PARTE 01.
Shakmuria | lunes, 25 de abril de 2011 | Etiquetas: Mis historias escritas
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