Futbolista muere a los 27 años de edad:

Este blog no pretende dar noticias, pues en la red, miles de páginas informan sobre un mismo acontecimiento. Sólo quiero dar mi punto de vista sobre este caso. Hoy falleció el futbolista Chucho Benitez. Quizá no sepas de él. El caso es que, apenas tenía 27 años, y murió así, repentinamente. Comenzó con un dolor muy feo, de estómago, y falleció al poco tiempo. 

Lo que me hace recordar otra vez, lo impredecible que es la muerte. Y vuelvo a repetir que, todos tenemos la posibilidad de morir en cada segundo. El futbolista, tenía sueños, planes; acababa de entrar a un equipo en Arabia, y ni siquiera se concretó; la muerte le truncó sus aspiraciones. Apenas hace 2 meses, estaba en América (equipo de fútbol), y tuvo una intervención muy importante, para que este equipo fuera campeón.

Ojalá siempre tomáramos en cuenta lo fugaz que es la vida, y lo sorpresiva que es la muerte.

 Esta es una entrada más acerca de la muerte.Verán, ya tengo varios escritos sobre este tema. Sea como sea, no me resigno a que seamos unos simples mortales, y que de repente, todo lo que somos, termine al morirnos. 

En los periódicos, en las noticias de tv, de la radio, siempre hay novedades sobre las acciones repentinas de la muerte. Hace pocos días, quién no supo de el accidente de tren en España, en el cual murieron casi 100 personas, entre ella una mexicana. Y siempre "quien se muere es el otro", así dice la frase;  no se piensa que el siguiente puede ser uno mismo; vemos la tragedia como algo lejano a nosotros, y por eso, no tomamos precauciones muchas veces. 
Ese trenazo fue un accidente, ajeno a los pasajeros; fue una imprudencia quizá del conductor, quizá de la casualidad. Pero cuántas veces no ha habido muertos a causa de sus propias imprudencias, como manejar a exceso de velocidad; no ponerse el cinturón de seguridad al conducir; usar el móvil al conducir; no respetar señales de tránsito; no respetar señales en los ríos.

Siempre hay que recordar, que la vida se puede terminar así nomás, tan rápido, tan de sorpresa, sin aviso. Porque la muerte así es, impredecible, sorpresiva, sin desigualdad social.